Dar más de lo establecido o ir más más allá de lo acordado es muestra del nivel de nuestro compromiso en cada una de las facetas de nuestras vidas. Hay una gran diferencia entre hacer bien la parte que nos toca y buscar las maneras de hacerlo cada vez mejor, desbordando nuestro campo de acción, lo cual implica una exigencia adicional de nuestra parte.
¿Nos hemos preguntado cuál es el nivel de nuestro compromiso con los objetivos de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, con la implementación del Plan de Desarrollo de la actual administración, con la ciudad y el país? ¿Quizás nos hemos preguntado por la responsabilidad que tenemos con los que más nos gusta y deseamos hacer?
Responder cada una de esas preguntas es hablar de nuestras acciones y de los cambios que somos capaces de promover. El cumplimiento de nuestros compromisos genera confianza y garantizar que en el futuro seamos escuchados o tenidos en cuenta.
Tomemos como ejemplo nuestro reciente concierto de música para cine que desbordó el interés de nuestro público y nos obligó a abrir una nueva fecha. Ese concierto imprevisto puso en ejercicio el compromiso de varios de nuestros compañeros de trabajo. Muchas veces, esa exigencia adicional es vivida en varios de nuestros procesos.
Parafraseando a uno de los académicos más notables de los Estados Unidos, Jeffrey S. Lehman, el compromiso es lo que transforma una promesa en realidad, es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones, es la acción que habla más alto que las palabras, es hacerse al tiempo cuando no lo hay…. “Comprometerse y mantener los compromisos, son la esencia de la proactividad”.
Sandra Meluk
Directora General
Orquesta Filarmónica de Bogotá
¡Soy OFB y Tú También!