La evolución de la sociedad, sus acuerdos e instituciones hubiese sido imposible sin la comunicación. Desde la aparición del lenguaje articulado hace unos 70.000 años, los humanos hemos construido la capacidad de cooperar en grupos cada vez más numerosos y trabajar en objetivo comunes.
Un concierto de nuestra orquesta es posible gracias a una coordinación administrativa que permite el transporte de los instrumentos, la logística de los teatros, la asistencia del público y la actuación de los músicos, entre muchas otras personas que intervienen en el proceso, gracias a la comunicación.
Para lograr nuestros objetivos institucionales estamos llamados a dejar atrás la comunicación jerárquica que es unidireccional y que va de lo más alto a lo más bajo. En ese estilo de relacionamiento no hay espacio para la construcción y, por lo contrario, es cultivo de la incomprensión.
Hoy en día, los expertos plantean la necesidad de construir una comunicación ascendente, que va del empleado al jefe y que permite el surgimiento de dudas, inquietudes y propuestas. La comunicación es asertividad.
Y en ese amplio espectro de la comunicación, las conversaciones juegan un papel determinante por cuanto estas tienen la capacidad de acercarnos o de alejarnos. ¿Alguna vez nos hemos preguntado qué tan efectivas son nuestras conversaciones? Los invito a participar de conversaciones sanas que fortalezcan la confianza entre nosotros.
Además, una comunicación asertiva es aquella en la que tenemos en cuenta la forma como expresamos nuestras opiniones partiendo del respeto hacia el otro. Comunicarnos con claridad, tanto en nuestros escritos como en nuestras conversaciones habla bien de nuestra actitud y de la firmeza de nuestras ideas. Aquí entran en juego nuestros gestos, la mirada y el tono de voz, todos estos elementos de la comunicación no verbal.
Una comunicación eficaz motiva a los servidores públicos, aumenta su compromiso y el logro de los objetivos. Una adecuada comunicación organizacional crea un clima de trabajo adecuado y permite la integración.
Sandra Meluk
Directora General
Orquesta Filarmónica de Bogotá
¡Soy OFB y Tú También!