Gran acogida han tenido los conciertos gratuitos de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, en el Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional. Este año la entidad mantiene sus presentaciones los viernes a las 3 p.m. a los que pueden asistir estudiantes y ciudadanos en general. La Orquesta tiene nuevos públicos.
El glamour y las etiquetas creadas alrededor del disfrute de la música clásica hacen que muchas personas piensen dos veces antes de asistir a un concierto de carácter sinfónico. Los aires académicos o doctos, erróneamente difundidos en el contexto de la música ‘culta’, son sin lugar a dudas uno de los primeros aspectos que deben ser superados con el fin de encontrar nuevos seguidores de música universal en nuestra ciudad, aunque éste no es un fenómeno exclusivamente colombiano.
En este sentido es gratificante el comportamiento de los asistentes de los conciertos gratuitos de los viernes a las 3 de la tarde en el Auditorio León de Greiff, donde el público aplaude entre movimiento y movimiento, algo que se supone es equivocado pues hay que esperar hasta que se silencie la última nota de la obra; espacio en el que la gente ‘cuchichea’ sobre los posibles nombres de los violines medianos (violonchelos) o los violines gigantes (contrabajos), cuando no es que los asistentes se marchan en el intermedio porque piensan que ahí ha termina la presentación.
Si bien entre nuestro público de los viernes a las 3 p.m. hay personas bastante versadas en el universo de la música clásica, los nuevos seguidores de la Filarmónica tienden a ser un tanto menos insistentes con sus aplausos para tener de regreso al director invitado o para asegurarse un bis por parte de algunos de los solistas destacados que pasan por el León de Greiff.
Sebastián Guzmán, estudiante de la Universidad Nacional, ingresó por tercera vez a un concierto de la Filarmónica, luego de su primera experiencia en el mes de febrero pasado cuando el evento artístico fue dedicado a los primíparos o estudiantes nuevos del alma mater. “Volví porque me quedó gustando”, asegura el joven amante de la música popular como el vallenato y la ranchera. “Fue una experiencia impresionante… Es una música en la que uno puede pensar muchas cosas, a través de ella”, insistió Sebastián.
Por su parte, Saray y Gabriel, estudiantes de Filología en francés, cuentan en sus haberes seis conciertos de la Filarmónica. “Tener el contacto con la música clásica en vivo, es lo mejor”, “Después de la rutina de la semana, es necesario un descanso con un concierto”, afirman los futuros profesionales de los idiomas. “Con la Filarmónica nunca me he dormido, porque me gustan las obras que escucho”, aclara uno de los jóvenes que entiende que uno de los prejuicios hacia la música sinfónica es que ésta es aburrida.
Lizeth Prieto, nueva devota de la música clásica, no pudo contener su admiración por los músicos en el concierto del viernes 13 de marzo, día en el que fue interpretado un programa con obras de Gustavo Parra, Liszt y Tchaikovsky. “Magnífico, es espectacular, la música de salón de Tchaikovsky, que si bien parece una música de ballet no es de ballet, Tchaikovsky se trata de eso, de la fuerza de la interpretación”, fue la apreciación de la joven Lizeth, al final del majestuoso concierto que se grabó para siempre en la mente de los asistentes.
También en la memoria quedó la gran acogida que tuvo el concierto del violinista chino Yang Liu, el viernes 28 de febrero de 2014, día en el que la fila para el ingreso rodeaba por completo el edificio del auditorio. Para esa fecha, el artista de talla internacional interpretó el Concierto para violín Op.14 de Samuel Barber. A la memorable presentación Liu se suman los conciertos de música colombiana en la celebración de los cumpleaños de Bogotá y la aparición del ‘Cholo’ Valderrama junto a la Orquesta Filarmónica, a finales del año pasado. Un poco más de 20 mil personas han acompañado a los instrumentistas de la OFB, desde que el León de Greiff abrió sus puertas de forma gratuita.
Para el primer semestre de 2015, la Orquesta Filarmónica de Bogotá tiene programado 10 conciertos gratuitos en el auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional, los viernes a las 3 p.m. El escenario tiene una capacidad de un poco más de 1600 sillas y cuenta con una de las mejores acústicas de la ciudad. La entidad distrital y cultural más importante del país, espera contar en el futuro cercano y lejano, con el entusiasmo de las personas que han sido tocadas por el poder de la música.